2.0.1.5. Conclusión.
Como hemos visto existen diversas representaciones zoomorfas  y antropomorfas en la cerámica de Gran Coclé, con algunas variaciones en cuanto a estilo y temática según  períodos.   Encontramos de igual modo formas variadas de abordar los motivos  de perfil, frontales, combinaciones de las dos direcciones, etc...  Estas parecen  estar en relación con el espacio al que están destinadas a la  representación frontal para centros de  platos o panza de vasijas,  figuras de perfil dispuestas en bandas en paneles rectangulares que cruzan platos etc...  En todos los casos existe una búsqueda de  armonía en la composición, una composición bidimensional, en la que los diseños zoomorfos y antropomorfos se ciñen a espacios geométricos ?circulares, cuadrados, rectangulares y/o triangulares- lo que indica un gusto por el control del diseño desde el estilo Tonosí (250-550 d.C).  Y así por ejemplo los ?cuadrúpedos de cola enroscada... se presentan de perfil  y su cola se eleva sobre el lomo con el objetivo de cerrar la composición dentro de un espacio cuadrado o rectangular[1]. Esta tendencia  llegará a su máxima expresión en el estilo El Hatillo (1300-1550 d.C) con la total  "geometrización" de las figuras zoomorfas y antropomorfas. 
Cuando se producen los cambios en los estilos cerámicos, estos cambios no son solamente a nivel estilístico, sino también a nivel temático. De esta forma, aunque algunos  motivos son una constante  en la mayoría de los estilos, como es el caso de las aves o la figura humana,  otros han sido populares durante un tiempo para desaparecer poco después (fig. 23).  Tras nuestro análisis hemos observado la coincidencia en tiempo y espacio de dos diseños,  las aves-escudo y los cuadrúpedos de cola enroscada utilizados durante el mismo período de tiempo.  Es de igual modo significativo el uso alternante de batracios y saurios, que no aparecen en los mismos períodos.  Pensamos que estas figuras pueden ser representaciones heráldicas de ciertos clanes, y por lo tanto los cambios figurativos son un reflejo de alternancia en el poder de clanes distintos.
Otro punto que hemos tenido en cuenta es la finalidad de las representaciones artísticas de la cerámica pintada de Gran Coclé.  Creemos que el  arte, en este caso pictórico sobre una base cerámica, se utiliza no sólo con fines estéticos sino que además es empleado como un medio para transmitir ideas o causar emociones en el espectador.  En la cerámica de Gran Coclé existen, como hemos visto, multitud de fórmulas figurativas que hemos clasificado en tres grupos, según sus fines.  En primer lugar las representaciones con  finalidad simbólica, cuyos protagonistas son probablemente las representaciones de saurios como elementos heráldicos característicos de un clan; en segundo lugar las representaciones naturalistas, como escenas  o secuencias narrativas a modo de temática costumbrista , con una finalidad narrativa como hemos visto en algunas vasijas de  estilo Tonosí, en las que  aparecen representaciones de trabajos en grupo o celebraciones de la comunidad;  por último los motivos geométricos, empleados únicamente como elementos para delimitar campos figurativos o bien como relleno, sobre todo en los estilos del Cerámico Tardío.
En cuanto a las características estilísticas, podemos ver una evolución clara desde la sencillez   de los estilos  La Mula, Tonosí-Aristides, y Cubitá, centrados en la línea, y sencillas figuras que podríamos llamar más bien siluetas, dado que  no se rellenan de color. Es muy probable que esta sencillez, al contrario de lo que ocurre  a finales del Cerámico Tardío, se deba al hecho de que pertenecen o se desarrollan en un período de experimentación incipiente en el que no se tiene todavía dominio de la técnica ni control del diseño, dado que podemos detectar además cierta inseguridad en los trazados.  Con el estilo Conte se produce un cambio a nivel estilístico que pone fin a los diseños rectilíneos sustituyéndolos por figuras donde predomina la línea curva, y que, a pesar de que los elementos figurativos son similares a los anteriores (aves, reptiles?), éstos adquieren en general una mayor exuberancia y agresividad (se alargan los dientes y las garras., etc..) , propia de las competitivas y belicosas sociedades del Cacicazgo Clásico.  A partir del 1100-1300 d.C los motivos zoomorfos y antropomorfos  se esquematizan de nuevo  y ?dulcifican?  y así,  aunque algunos temas sobreviven hasta la llegada de los españoles, como es el caso de los caimanes y la figura humana,  a duras penas podemos identificarlos como tales.  Esto puede deberse a la tendencia a representar ciertos elementos figurativos como símbolos esquematizados, dentro una sociedad habituada al uso y manejo de los mismos, tal y como ocurrió en la cultura occidental - cristiana con el símbolo de la cruz.
Indice
 

[1] Los cuadrúpedos de perfil con la cola enroscada  también podemos encontrarlos en otros soportes como oro, tumbaga, concha y piedra, no sujetos a restricciones de espacio.  Es probable que se hayan hecho aimitación de modelos cerámicos, de ahí que hayan adoptado la misma disposición.
1