La cultura Chorrera

 

La cultura chorrera se extendió por casi todo el actual Ecuador y el sur de Colombia, en el período del Formativo Tardío (1500-500 a. C).

Parece que tuvieron un modo de vida aldeano pre-urbano, en el que la comunicación y el intercambio fueron de gran importancia. Por los yacimientos encontrados, se cree que los asentamientos chorrera tuvieron un cierto tamaño y una densidad de población considerable.

La cerámica más conocida es la proveniente de la costa. Una cuidadosa selección de las arcillas y una cocción particular le proporcionan unas determinadas características como el nervio central grisáceo, o la finura y sonoridad de sus paredes. Utilizaron gruesos engobes rojos, blancos, cremosos, o negros pulidos aplicados total o parcialmente en combinación. Respecto a la decoración destacan las incisiones (líneas paralelas) o las decoraciones negativas, conseguidas mediante el ahumado de la pieza.

La cerámica chorrera se distingue por su variedad en formas y la perfección de sus modelados. Abundan los recipientes que imitan figuras de la naturales, tanto vegetales (calabazas, frutas...) como animales (sapos, murciélagos, peces, perros...). Destacan las botellas altas con asa lateral que frecuentemente contienen un silbato que funciona por el cambio de presión al estar la botella vacía o llena. Son también populares las figurillas sólidas o huecas cuyos rasgos diagnósticos son los ojos semicerrados, piernas y brazos abultados y cortos, y un gorro o turbante.