Habitan la región occidental del Paraguay. Para el año 2000 se cuentan 1120 indígenas maka. Pertenecen a la familia lingüística mataco.
Sus chozas tienen estructura ovalada formada por ramas y cubierta con hojas y juncos. Suelen medir unos 2 m de ancho llegando a los 18 m de largo. Los campamentos en forma de colmena suelen encontrase junto a corrientes de agua.
La economía maka está basada en la caza, la pesca y la recolección de algunos frutos. Las técnicas de caza más habituales con la batida y la caza al acecho. Para pescar lo hacen con redes, aunque para facilitar la pesca en ocasiones represan el cauce con un dique de arcilla. Complementan su dieta con miel, frutos de algarrobo y cogollos de palmera. A veces, tienen pequeñas plantaciones de mandioca, maíz, o batatas. Practican también la cría de ovinos y cabras.
En la actualidad, los maka visten como los criollos, con adornos personales y pinturas faciales preferentemente rojas, a excepción de las mujeres casadas que llevan la cara pintada de azul.
Los maka suelen vender artesanías en ciudades como Asunción, Ciudad del Este o Encarnación. Son bolsos, fajas, cintos, vinchas, de fabricación industrial, aunque en los tejidos siguen manteniendo sus técnicas tradicionales.
Los maka adoran al Sol
y a la Luna, y algunos seres sobrenaturales. El chaman es el guardián
de las tradiciones de la tribu. Es adivino y terapeuta: saca los malos espíritus
y devuelve la vida. Las almas de los muertos residen en un país donde
hay abundante caza, frutos y chicha.