La cultura manteña estuvo localizada en la costa de Manabí, desde Bahía Caraquez hasta el Golfo de Guayaquil, en torno al 1000 y 1500 d.C.
Los diferentes pueblos que habitaron esta área fueron grandes marineros y comerciantes, que crearon asentamientos a lo largo de toda la costa, estableciendo núcleos de población que concentraban a millares de habitantes. Los sitios más importantes de la cultura manteña son Manta y Salango.
En ocasiones se ha considerado a los distintos pueblos manteños como una “macro-etnía” porque en unas ocasiones tienen una independencia política, mientras que en otras las evidencias muestran una integración.
La cerámica es de color negro o grisáceo y lleva un pulido brillante. La decoración más común son las incisiones geométricas antes de la cocción. Las formas más difundidas son las ánforas de cuerpo fusiforme, base anular y gollete con decoración plástica de una cara humana o felina, así como, las compoteras altas. Son muy conocidas las figuras de hombres sentados que reposan sobre una base campaniforme. Otras piezas de este mismo material son pitos, silbatos, ocarinas y torteros.
De especial importancia
fueron la escultura en piedra: sillas con asiento en forma de “U”,
estelas, hachas ceremoniales, y el trabajo en metal de cobre, oro y plata: coronas,
tiaras, patenas, aretes.