La cultura Tiahuanaco se desarrolló entre el año 100 a.C. y el 800 d.C. en la zona limítrofe entre Perú y Bolivia, al sur del lago Titicaca a 3842 metros de altitud. Ejerció su influencia en el Altiplano, la selva de Bolivia, la costa meridional de Perú, La costa septentrional de Chile y el NO argentino.
Fue un estado teocrático con una fuerte estratificación, se contruyeron grandes obras públicas, ceremoniales e hidraúlicas. La capital estaba en Tiahuanaco, pero también había centros administrativos secundarios como Lucurmata o Pajchiri.
El yacimiento más importante de esta cultura es el gran centro ceremonial de Tiahuanaco, con distintas estructuras y piramides escalonadas. La religión fue una faceta muy importante en esta sociedad. La divinidad conocida como el El Dios de las Varas, personaje central de la conocida Puerta del Sol, se repite constantemente.
La cerámica se desarrolla en tres etapas. Una fase Temprana (100-500d.c.) con cerámica poco fina y de formas homogéneas, predominando las botellas y los vasos de gran tamaño. La decoración es incisa o pintada con motivos estilizados: aves, felinos, peces y serpientes. Un fase Clásica con una cerámica fina y con gran variedad de formas y diseños. Los vasos en forma de kero y los cantos semiglobulares son las más habituales. Los diseños son figurativos o geométricos en blanco y negro sobre rojo. Se repiten el puma (de perfil), el cóndor, la serpiente, y la figura humana (cabeza de perfil) y los dibujos escalonados. Y finalmente una fase Postclásica en la que la cerámica pierde calidad.
La escultura en piedra
y la metalurgia del bronce arsenical son también aspectos destacables
de esta cultura.