La arcilla es la materia prima que permite al ser humano confeccionar la cerámica.
Es un elemento mineral que se encuentra en forma de bancos en zonas aluviales y que tiene variadas características geológicas y químicas: está compuesto de un conglomerado de minerales y muy pocas veces se presenta puro.
Esta variación en sus propiedades químicas será esencial en el proceso de confección y en el resultado final.
Además de las partículas sólidas naturales (no-plásticas) de la arcilla, deben ser añadidas y mezcladas partículas artificiales (desgrasante o antiplástico) dependiendo de la plasticidad natural de la arcilla: por ejemplo, el kaolin (cerámica Cajamarca y Recuay) de grano muy fino de poca plasticidad requiere menor desgrasante, y arcillas más gruesas requieren más desgrasante para tener una estructura más sólida durante la fase de secamiento y de cocción.