Etimológicamente deriva del griego KERAMOS, que significa ARCILLA y fue introducida en las lenguas modernas por el Arqueólogo Passeri, en una obra suya impresa en Venecia en 1768. Podemos definirla como: cualquier composición a base de materia plástica terrosa, que tras un adecuado tratamiento térmico, pierde definitivamente su plasticidad, adquiere dureza y resistencia, y respeta la forma modelada en crudo. Una definición reseñable es la de Harry Fraser, apoyada en la concepción “Jónica” de los cuatro elementos: La CERAMICA, es un producto de la TIERRA, configurada con la ayuda del AGUA, secada mediante el AIRE y tomando configuración duradera gracias al FUEGO.