n 2004, se empezó la segunda etapa del Proyecto Manabi con el estudio del sitio Japoto-San Jacinto. Se trata de un extenso sitio prehispánico con numerosas tolas ubicado al lado de la carretera que une los pueblos de San Jacinto y Charapoto, en la margen derecha del rió Portoviejo. La primera temporada fue dedicada a evaluar la importancia del sitio, dentro de los limites de una finca de casi 20 hectáreas, en la cual se han observado un gran numero de tolas y gran cantidad de material cerámico de la fase Manteña (Periodo de Integración, 700Đ1530 D.C.).

Japoto fue señalado bajo el nombre de San Jacinto por Estrada (1962), aunque nunca ha sido objeto de excavaciones por parte de arqueólogos profesionales. Es el único gran sitio de tolas todavía conservado a lo largo de toda la costa del Manabí central, y muy probablemente, es el mayor sitio prehispánico de este litoral. Las tolas visibles son de formas variadas, de planta cuadrangular, ovalada o circular, y pueden alcanzar hasta 12 m de ancho y 60 metros de largo. Su altura varia entre 1 y 4 m. A juzgar por la cerámica obtenida en las excavaciones y en la superficie se trata de un sitio de la cultura Manteña.

Principales Objetivos

Los objetivos principales del Proyecto son: evaluar la importancia del sitio, realizar un levantamiento topográfico, identificar las distintas ocupaciones prehispánicas del sitio, determinar la secuencia crono-cultural, identificar las funciones de las tolas, clasificar el material arqueológico y analizar las relaciones Ōhombre-medio ambienteĶ. Además estas investigaciones científicas van a contribuir a la preservación del único gran sitio de tolas todavía intacto en esta región, sitio que debe ser inscrito muy pronto al Patrimonio Arqueológico del Ecuador. En esta primera temporada de estudio y evaluación ya se han cubierto parcialmente algunos de estos objetivos por medio de las excavaciones y sondeos realizados.

El núcleo central del sitio se localiza en una finca de 20 hectáreas (GPS : 0°17’37” Sur, 80°30’36” Oeste) distante 2 Km. del litoral (balneario de San Jacinto). Pero hay varias evidencias de que el sitio arqueológico sobrepasaba estos límites, alcanzando tal vez unas 60 hectáreas o más. En efecto, al Este y al Sur se notan varias tolas en las fincas aledañas que se explorarán en 2005. Al Norte, una gran salinera moderna excavada en años anteriores ha destruido numerosos vestigios arqueológicos, lo mismo que al Oeste, varias camaroneras han arrasado totalmente el espacio donde existían previamente montículos y vestigios. Aunque necesitamos más evidencias, podemos afirmar que hubo varias ocupaciones del sitio y que las tolas corresponden a la última de ellas. Las primeras ocupaciones serían sobre la topografía natural, pasando luego a la edificación de los montículos artificiales. Se aprovechó la cercanía de varios “esteros” estacionales, que se llenan de agua en las temporadas de lluvia. Debido a la fuerte aridez del medio ambiente cercano, esta presencia de agua (obtenida además mediante albarradas y pozos subterráneos) parece haber sido un motivo clave para asentar en el lugar un sitio habitacional prehispánico. También, parece que la proximidad de espacios húmedos, como los manglares, en la parte baja de la llanura litoral, pudo atraer a una población que obtenía importantes recursos de pesca que se sumaban a los recursos agrícolas.

A pesar de varias modificaciones modernas, se pueden reconocer dos áreas de interés arqueológico. Una, principal, incluye la totalidad de la finca donde realizamos los trabajos y los terrenos periféricos de otras propiedades. En esta área se correspondería con las zonas de vivienda y de otras actividades principales en las cumbres de las tolas y en las partes bajas y planas que se localizan en su proximidad. Otra, secundaria, sin tolas, en la cual los moradores del sitio desarrollaban diversas actividades: agricultura, recolección, cacería, y pesca. Gran parte de esta área secundaria se encuentra actualmente ocupada por viviendas y cultivos o destruida por obras modernas, especialmente al Oeste y al Norte del sitio, y no se puede delimitar su extensión completa. En esta primera temporada se han concentrado los trabajos en un sector N-E de la finca, en el cual existen varias tolas de distintas formas y varios tamaños.

Tola SJ1

Esta tola mide 75.57 por 29.17 m. Su altura sobre el terreno es de 3,15 m. Tiene una planta rectangular y parece ser la mas grande en superficie de toda la subárea. Su eje longitudinal está orientado Este/Oeste. La parte superior forma un amplio espacio llano, o sea una plataforma, de forma rectangular. Actualmente, una cerca de alambres de púa y de madera atraviesa toda la tola según el eje longitudinal, y la mitad Sur se encuentra dentro del bosque de “mulluyu” delimitado por dicha cerca. En la plataforma superior se notan varios huecos circulares, vestigios de la actividad de los guaqueros. La intervención se limitó al levantamiento topográfico. .

Esta tola mide 42.25 por 2.43 m. Su altura sobre el terreno es de 2.35m.. Tiene también una planta rectangular. En esta tola SJ2 se han abierto tres trincheras, la primera de control aprovechando varios huecos de huaquería y las otras dos buscando su estructura y técnicas de construcción. En uno de los sondeos se llegó a 80 cm por debajo del nivel del suelo donde se asienta la tola (-3.40 cm). Al parecer, fue construida, como las otras tolas del sitio Japoto, con un material de relleno obtenido en los alrededores. Este material fue frecuentemente extraído por los constructores en terrenos que fueron ocupados en una época prehispánica anterior y por lo tanto la tierra contiene a menudo material arqueológico. La superficie de la plataforma, debajo de la capa de tierra húmica, carece de evidencias y de materiales arqueológicos in situ, lo que nos aporta escasa información sobre los últimos moradores del sitio.

Tola SJ1

Se trata de la tola mas alta de la subárea. Su extremo Noreste se localiza fuera de los linderos de la finca. La plataforma superior, dentro de los límites de la finca, mide 15.95 por 14.15 m. y tiene una altura de 5.35 m.. La excavación se realizo sobre la cumbre de la tola mediante varios pozos de 1 m. de ancho alineados y una trinchera paralela a esta línea de pozos. En los primeros niveles de ocupación el material cerámico viene asociado con objetos de concha (cuentas) de piedra, de hueso, de metal y restos de fauna (huesos, conchas y caracoles). También se evidenció la presencia de grandes fogones y huellas de postes. Después de esta primera ocupación vienen varios niveles de relleno y finalmente, a una profundidad de 2.30 m., se localizó un piso de ocupación sobre la topografía natural que puede corresponder a la primera ocupación del sitio y que va acompañada de gran cantidad de restos de pescado.

Llama la atención el hallazgo frecuente de un pequeño artefacto de cerámica (“empanadillas”) consistente en pequeñas cantidades de material arcilloso ligeramente cocido y aparentemente envuelto en hojas vegetales, se desconoce su uso pero se han encontrado con gran abundancia en el sitio de Atacames (Esmeraldas).

Tola SJ4

Esta tola , muy cerca de la tola SJ3, unos 12 metros al sur de ésta, tiene una forma ovalada con su eje principal E/O de 18.5m. y el eje perpendicular N/S de 12 m. Su altura es de 2.45 m. Su rasgo más llamativo es la aparición de un conjunto de cuentas de concha, más de un millar con distintos niveles de acabado, desde la superficie hasta una profundidad de unos 50 cm., donde se concentraban en un depósito circular de 30 cm. de diámetro. La textura de las cuentas de concha es muy frágil por haberse descalcificado en gran parte. Estos artefactos tienen formas cuadrangulares o redondeadas y todos presentan una perforación central de 2 mm. de diámetro. Todo esto podría ser indicativo de un taller, no obstante no se han descubierto los usuales perforadores de piedra.

Esta tola se localiza a orilla de un estero que atraviesa de Este a Oeste la parte Sur de la finca. El estero esta a unos 5m. al sur de la tola. Tiene una plataforma en forma de rectángulo ovalado. La parte Este de la tola se ubica en el terreno adyacente a la finca y en esta parte se ven varios huecos de huaquería. El eje longitudinal mide 32,75m., el eje N/S mide 17,56m. La altura es de 2,26m.Al explorar el terreno, se detectó en el lado Oeste una forma rectilínea formando una delimitación entre la parte plana de la cumbre de la tola y la vertiente. Esta consistía en restos de tierra rubificada por el fuego. Se excavó en área para poner en evidencia la preparación intencional de un piso de la época prehispánica. Parece que este se realizo mediante el aporte sobre toda la cumbre de una tierra algo arcillosa para cubrir toda la plataforma superior.

Una vez, recubierta esta plataforma, se acumulo leña y se quemo el piso para tener una capa superficial mas dura e uniforme. Es muy notable que se ha logrado obtener así un suelo relativamente liso (aunque esta resquebrado por el efecto de las intemperies durante cientos de años). Este suelo de arcilla quemada estaba preparado sobre un depósito blancuzco, al interior del cual no se rescató gran densidad de material cultural. Este modo de adecuar un piso en la plataforma debe corresponder a un uso especial de la tola o tal vez a un estatuto especial de dicha tola.. En el nivel 9 (160- 180 cm), cerca de la pared norte del pozo 4, se detectó una pequeña mancha de tonalidad negruzca de aproximadamente 20 cm de diámetro, en cuyo interior se observaron restos de un cráneo infantil, por lo que está proyectado seguir con la excavación en la temporada 2005).

El rasgo más destacable es el entierro en fosa sepulcral de un individuo adulto femenino. El esqueleto yacía en posición recostada de espalda, con el brazo izquierdo doblado y la mano izquierda sobre el cuello y el brazo derecho en posición extendida. La fosa, orientada N/S, mide aproximadamente 90 cm de largo y fue cavada dentro del relleno de la tola, sin embargo alrededor se adecuó un espacio plano horizontal, cubierto de una capa de sedimento blanco de textura muy fina y pulverulenta que se extiende sobre toda la superficie del nivel menos la zona en fosa. El cráneo y los pies tenían una postura especial, a los dos extremos de la fosa, puesto que el largo de la fosa es inferior a la altura total del individuo. No se han encontrado ofrendas particulares salvo dos fragmentos de cerámica procedente de una vasija de estilo manteño.

Al excavar el sector, se han descubierto una serie de entierros secundarios que permiten individualizar sepulturas de varios difuntos. Algunas partes del cuerpo muestran conexiones anatómicas (p.e. antebrazos con las manos) que permiten suponer que se han enterrado partes completas probablemente antes de descomponerse los tejidos blandos del difunto. En otros casos, se deposito el cráneo y se juntaron los huesos largos mas llamativos. Es de precisar que los huesos largos se orientaron siempre según el mismo eje o sea aproximadamente N/S o E/O. Por lo general, se observan tres niveles superpuestos : en el mas alto aparecen los cráneos y huesos largos, debajo de estos, yacen los huesos de la columna vertebral y del tórax, y, finalmente, el resto de los esqueletos. Las hallazgos realizados fundamentan la hipótesis de que en una parte de la tola SJ7 existió una estructura donde se depositaban los cadáveres completos los cuales luego eran organizados en paquetes secundarios. Una excavación más extensa permitirá verificar esta hipótesis.

Primeras interpretaciones

Como hemos adelantado en la presentación, podemos suponer que el sitio Japoto corresponde al Periodo de Integración. Proponemos tentativamente la hipótesis de que existieron varias ocupaciones manteñas, la cual se debe confirmar en las excavaciones previstas para el año 2005 y siguientes. Esto nos permite esperar obtener una visión mas clara de los procesos de evolución cultural dentro de la fase manteña para esta región, desde los inicios hasta su apogeo en los últimos siglos prehispánicos.

El sitio fue ocupado en dos momentos en la época prehispánica durante el Periodo de Integración, por gentes pertenecientes a la cultura Manteña.. Los niveles superiores, en concreto, parecen pertenecer a la última parte del Periodo de Integración, momento de la construcción de las tolas (grandes y pequeñas?) por parte de un grupo de Manteños. Los niveles inferiores pueden corresponder una ocupación más antigua sobre las pequeñas elevaciones de la topografía natural del terreno. Pensamos que a esta primera ocupación corresponde la mayor parte del material cerámico que se encuentra en el sitio (tanto en la finca como en sus alrededores) y es el material que se encuentra dentro las capas de relleno que se han acumulado para construir las tolas que son mas tardías y no están asociadas con un material arqueológico abundante.

A juzgar por las evidencias encontradas en los alrededores, la extensión del sitio en esta primera época sobrepasa los limites de la finca que hemos explorado. Es muy probable que cubriera un área mucho mayor y que las obras de remoción de tierra en los pasados años hayan destruido gran parte del sitio.Cabe destacar también la ausencia de vestigios coloniales, que pueden ser el indicio de una fuerte baja de población después de los primeros tiempos de la conquista, confirmando así los testimonios de la época que subrayan una drástica caída demográfica desde el siglo XVI.. Aparentemente, Japoto dejo de ser un asentamiento importante, mientras el pueblo colonial de Charapotó, unos kilómetros rió arriba, concentraba los moradores contemporáneos a la Conquista. Luego, parece ser que no hubo otras ocupaciones, salvo una moderna, muy limitada, como finca agrícola.

Perspectivas

En la segunda temporada de excavaciones, junio-julio 2005, se prevé completar las excavaciones en algunas de las tolas ya intervenidas y empezar los trabajos en otros sectores del sitio. Con esta segunda temporada esperamos confirmar nuestras hipótesis, ampliar el corpus arqueológico, especialmente el cerámico y definir la presencia de áreas diferenciadas, mediante el estudio de otros sectores del sitio, que podrían reflejarse diferentes modelos de asentamiento y/o variaciones morfológicas de las tolas. Además, intentaremos abrir otros frentes de estudio, especialmente en cuanto al estudio de datos etnohistóricos con la participación de nuevos investigadores (A. Alonso, U. Complutense, C. Caillavet, CNRS, T. Idrovo, U. Técnica de Manabí). La ultima parte de la temporada se dedicara a organizar los materiales par los futuros estudios de laboratorio (cerámica, huesos, herramientas, micro y macrorestos vegetales). Los primeros resultados de ambas temporadas serán dados a conocer en un simposio sobre el Ecuador Prehispánico dentro del 52 Congreso Internacional de Americanistas Sevilla, 2006.