Utensilios de metal recuperados en las excavaciones de Atacames.

Mercedes Guinea

Universidad Complutense

Dentro de esta categoría tenemos 4 herramientas relacionadas con el trabajo del propio metal, 15 agujas y 2 anzuelos. En el entorno virtual del Chasqui, estos utensilios se corresponden con los siguientes Objetos Virtuales: Cinceles (O.V. 1831/ O.V. 1833), Punzones (O.V. 1842/ O.V.1856), Agujas (O.V. 1843/ O.V. 1844/ O.V. 1845/ O.V. 1846/ O.V. 1847/ O.V. 1848/ O.V. 1849/ O.V. 1850/ O.V. 1852/ O.V. 1853/ O.V. 1854/ O.V. 1855) y Anzuelos (O.V. 1422/ O.V. 1424).

Los cinceles y punzones de Atacames parecen pertenecer, por su forma y medidas, a lo que Mayer (1992:58) llama "cinceles-punzones" para el trabajo de los metales. Tienen un extremo de sección rectangular y otro biselado, con el filo en línea perpendicular al eje de la herramienta y unas medidas similares (largo: 6.1-8.5 cm., ancho: 0.3-0.4 cm., grosor: 0.2-0.3 cm.), salvo una pieza más corta (largo: 3.1 cm.). Este tipo de piezas eran fundidas y luego forjadas en frío para endurecer el metal(Rovira,1990:822). No hay asociaciones claras. Problema que nos vamos a encontrar a lo largo de todo este trabajo, dado el antiguo sistema de excavación por niveles artificiales, pero un punzón, el único de cobre arsenical, se encontró en uno de los niveles que parecen representar la segunda ocupación de la tola E-69 (por encima de una fecha radiocarbónica calibrada de 1180-+50 BP, 890 d.C). En dichos niveles se recuperaron también una aguja, restos de cobre, un martillo y un crisol. Como veremos, muchas de las piedras muestran las incisiones de estos cinceles y uno de los fragmentos de yunque tiene unas marcas clarísimas producidas por el trabajo con estos objetos, coincidiendo estas huellas con las medidas de las piezas.

Las agujas son los objetos metálicos más frecuentes en Atacames, sustituyendo a las de hueso en uso durante el Desarrollo Regional . Son 15 y salvo una de las piezas de cobre arsenical, la mayoría es de cobre muy puro (98-99% Cu), lo que parece ser una característica de estos instrumentos, como demuestra la coincidencia en la pureza del cobre, tanto de la colección Chimú que guarda el Museo de América (38 agujas), estudiada por Rovira (1990:694-95), como de la colección procedente de La Tolita (32 agujas) que presenta Bergsoe (1982 (1938):44-46), yacimiento en el que también hay agujas de oro. Las dimensiones de nuestras piezas oscilan entre 6.2 y 2.9 cm. de largo, y su grosor es uniforme: 2 mm. en la base del ojo y 1 mm. en la punta. Es posible que las diferencias en el tamaño del largo tengan alguna relación con su funcionalidad. Aunque la muestra es pequeña, podemos ensayar una tipología de 5,5 cm. ( 9, 60%), 4 cm. ( 4, 27%) y 3 cm. (2, 13%) de largo. Los tres tipos aparecen repartidos de forma indiferenciada por las distintas tolas y niveles. En comparación con la colección peruana citada, éstas son más pequeñas, ya que las del norte del Perú tienen una medida media de 11 cm., y si lo hacemos con las doce que ilustra Bergsoe para La Tolita (4 de 2.5 cm., 3 de 3 cm. 4 de 4 cm. y sólo 1 de 5 cm.) (Bergsoe, 1982 (1938), Lám. II, fig. 16), son, en general, más grandes. No nos dice nada este último sobre su técnica de fabricación, pero Rovira (1990:824-25) nos da como idéntico el método termo-mecánico seguido por los chimues, los atacameños e incluso los cañaris en la fabricación de estos instrumentos: El extremo en el que se situará el ojo es martillado en frío hasta convertir el alambre en una delgada lámina. Esta se recorta en forma de tira, se dobla sobre sí misma dejando el hueco del ojo, quedando sujeta por dos pequeñas pestañas preparadas en su base. La pieza es calentada al rojo hasta recristalizar. Probablemente de recuece antes y después de doblar la laminilla.

Ocho de las agujas aparecieron en la Tola E-71, excavada por niveles naturales, encontrándose seis de ellas en asociación a dos ganchos y un cascabel de cobre.

Los dos ganchos de cobre, uno de ellos de cobre arsenical, parecen anzuelos. Su tamaño es pequeño, 2 cm. de altura y un grosor de 0.2 cm. Fueron forjados en frío y luego templados (Rovira,1990:826).

Fuente: Mercedes Guinea: "La metalurgia de cobre el la Costa Norte del Ecuador durante el período de integración" El área Septentrional Andina: Arqueología y Etnohistoria. (Guinea, Marcos, Bouchard Eds.) Págs. 81-107. Biblioteca Abya-Yala, 59. Editorial Abya-Yala e IFEA. Quito, 1998