CLASIFICACIÓN DE LOS ARTEFACTOS CERÁMICOS POR FORMA

Las formas de las vasijas cerámicas pueden agruparse, en primer lugar, en dos grandes categorías: abiertas o cerradas.

  1. Vasijas abiertas: Vasijas en las que no se da una contracción de diámetro, por lo que el diámetro máximo coincide con la boca. Dentro de esta categoría encontramos una importante variedad de formas; éstas son las más frecuentes:
    1. Platos: Vasijas abiertas con paredes fuertemente divergentes cuyo diámetro de la boca es igual o superior a cinco veces la altura.
    2. Cuencos: Vasijas abiertas con paredes levemente divergentes y cuyo diámetro de boca tiene menos de cinco veces la dimensión de la altura.
    Ejemplo de una vasija abierta: Un plato inca del palacio de Huayna Capac en Chinchero, Perú

  2. Vasijas cerradas: Vasijas, con o sin cuello, cuyo diámetro mínimo es superior a un tercio del diámetro máximo. Un recipiente se mantiene en esta categoría aún si por encima del diámetro mínimo la parte superior de la vasija es ampliamente divergente. Al igual que en el caso anterior, existen varias formas cerámicas que pueden catalogarse como vasijas cerradas; estas son las más importantes:
    1. Ollas: Vasijas cerradas, con o sin cuello, cuyo diámetro mínimo es igual o superior a un tercio del diámetro máximo. Generalmente, la altura es igual a una y hasta dos veces el diámetro de la boca, pero se incluyen también en esta categoría las ollas que tienen una altura inferior. Las ollas con una o dos asas constituyen variantes dentro de este grupo.
    2. Botellas: Vasijas cerradas cuya altura total es al menos cuatro veces el diámetro de su embocadura y que presenta un cuello y un borde al menos dos tercios menor que el resto del cuerpo.
    Ejemplo de una vasija cerrada: Una olla inca del mismo palacio de Huayna Capac en Chinchero, Perú