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El Cerámico Medio y la nuclearización de la población. La cerámica La Mula, Aristides-Tonosí y Cubitá (200 a.C-700 d.C). |
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Durante esta época los estilos cerámicos son más elaborados que los descritos con anterioridad y el patrón de asentamiento cambia. Se abandonan los concheros costeros y abrigos rocosos, y la población se concentra en aldeas que ocupan, por entonces, las llanuras coclesanas, a orillas de los grandes ríos del Arco Seco (Isaza 1993). Con el Proyecto Santa María, se han localizado 23 sitios de la Tradición Santa María, ahora llamada cerámica estilo Arístides (250-550 d.C). Algunos de estos sitios, a orillas de los ríos Parita, Caño y Grande[1], presentan restos cerámicos de estilo La Mula (200 a.C-250 d.C (Cooke 1975). De todos estos sitios, de la Tradición Santa María, cabe destacar el llamado Sitio Sierra, próximo al río Santa María, donde además de la cerámica aparecen de manera generalizada manos y metates para moler maíz (Linares 1977) prueba de la adaptación plena a la agricultura. Para estas fechas ya se aplica la técnica agrícola de tala y quema, un sistema de plantación rotacional ideal para zonas de clima estacional y topografía irregular (Cooke 1998b). Esta agricultura que se caracteriza porque se siembran pocas especies en mucha cantidad, no fue el único aporte energético, dado que la dieta pudo haberse visto complementada por tubérculos, rizomas, y frutos de árboles (Linares 1977) y la práctica de la caza. Entre los restos de fauna dietética de sitio Sierra aparece el venado, el armadillo, la paca, el jaguarundi (Cooke et al 2002). Algunas especies como el Bufo marinus aparecen en cantidades considerables, pudiendo haber sido usados por sus toxinas o como complemento alimenticio de estas poblaciones en épocas de escasez (Cooke 1989). Desde los inicios de este período hasta la aparición de los grandes cacicazgos junto con nuevas formas cerámica polícromas, se desarrollan los estilos cerámicos Aristides-Tonosí (250-550 d.C) y Cubitá (550-700 d.C) que aunque siguen una línea estilística de geometricidad iniciada con La Mula, presentarán innovaciones significativas. |
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Características generales de la cerámica estilo La Mula (200 a.C-250 d.C) |
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El grupo cerámico que caracteriza el inicio de este período fue llamado La Mula por Hansell (Hansell 1988). Las categorías pintadas mencionadas por la autora comprendieron una variedad genuinamente tricroma, ?La Mula Black-on-Orange? y otra bicroma ?Buff-Slipped?. Se recogieron cantidades apreciables de este material en dos sondeos del sitio la Mula-Sarigua (pr-14) que dieron las siguientes fechas de C-14 calibradas: 189 a.C. (18dC) 220 d.C , 158 a.C (94d.C) 345 d.C y 41 a.C (144 d.C) 366 d. Años más tarde Ilean Isaza (Isaza 1993) redefinió tipológicamente la cerámica La Mula tras el análisis de una muestra abundante de este material encontrado en uno de los niveles más tempranos de Sitio Sierra (contexto 2-1). Se llevaron a cabo una serie de análisis de C14 que arrojaron las siguientes fechas: 398 a.C (199 d.C), 6 a.C., 195 a.C (2 d.C) 145 d.C y 170 a.C(29-56 d.C) 233 d.C. por lo que se le ha dado un contexto cronológico de 200 a.C-250 d.C. |
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Además de los sitios La Mula y Sitio Sierra, se han descrito restos de este material en algunos sitios de la vertiente pacífica de Panamá. Destacamos el hallazgo de restos pertenecientes a este estilo en sitio Las Huacas (al sur de la provincia de Veraguas), y en el sur de la Península de Azuero, donde Ichon describió varios fragmentos La Mula, que él denominó ?Javillo Bicromo? (Ichon 1980). A ello tenemos que sumar los hallazgos de algunos fragmentos estilo La Mula, encontrados en Isla Carranza (Este de Panamá) y fechados hacia el 201 a.C (36 a.C- 1 d.C) 132 d.C. Uno de estos fragmentos es un borde de una típica olla La Mula, con decoración lineal en el exterior (descripción de Cooke citado en Sánchez 1995). Por último, se han encontrado ejemplos de este estilo cerámico en los niveles tempranos de Sitio Cerro Juan Díaz. Todo ello sugiere una distribución geográfica muy amplia de este estilo dentro del área cultural de Gran Coclé. |
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Los diseños pintados de este estilo cerámico son tricromos, en negro y rojo sobre un fondo en tonalidades blancas, naranjas o cremas. Las vasijas la Mula son además ollas de pasta fina , muy bien cocidas , de boca angosta, con cuello alto. Los diseños son trazados radiales o trazados paralelos a la boca de la vasija, elementos que penden de líneas tales como triángulos, festones y puntos, triángulos rectángulos de hipotenusa cóncava anexo a líneas, y bandas o espacios en color rojo entre líneas negras o delineadas por ellas (Isaza 1993). |
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Características generales de la cerámica estilo Aristides-Tonosí (250-550 d.C) |
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La cerámica estilo Aristides es una cerámica bicroma de líneas negras sobre un fondo de engobe rojo o bien sobre el color de la pasta (Cooke 1972). Esta cerámica presenta algunas variantes. La variedad Escotá, se distingue por la decoración en el exterior de vasijas, sin cuello y boca angosta; la variedad Girón (Ladd 1964) , que tiene la decoración en la zona labial o bordal, y Cocobó (Cooke 1972), que se pintó en el interior de vasijas abiertas de silueta simple. Algunas variedades de Aristides son contemporáneas con La Mula, pero la mayoría son coetáneas de Tonosí (Isaza 1993;Sánchez y Cooke 2000). Se ha apuntado sin embargo la posibilidad de que Aristides haya sido un tipo de cerámica más característico de la Bahía de Parita y que el tipo Tonosí haya sido mayoritariamente usado en la península de Azuero (Sánchez y Cooke 2000:15), o bien que Aristides sea la variedad utilitaria de la cerámica Tonosí, dado que aparecen restos de comida incrustados en el interior de muchas vasijas, o fragmentos de vasijas, de estilo Arístides (Cooke 1985)[2] . En definitiva lo que sí se percibe es una cierta similitud en cuanto a motivos, así como diferencias de carácter tecnológico entre la cerámica Arístides y Tonosí. |
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Los diseños que incorpora este grupo consisten en elementos geométricos, bandas radiales paralelas, triángulos con hipotenusas cóncavas , barras con triángulos suspendidos por la base, reticulados, festones y cheurones (Cooke 1972; Isaza 1993). Con el estilo Aristides se inicia el hábito panameño, que llegará hasta la conquista, de disponer las figuras en bandas o campos simétricos (Cooke 1985). Otro hecho significativo es que, a diferencia de lo que ocurre en el tipo Tonosí, la cerámica estilo Aristides no presenta elementos figurativos. |
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En cuanto a su distribución geográfica , se han encontrado restos de cerámica de este estilo en la provincia de Coclé en sitios como Cerro Girón (Ladd 1964), Sitio Sierra y La Herradura (Cooke 1972) además de Cerro Juán Díaz (Sánchez 1995), mientras que en la península de Azuero son prácticamente inexistentes (Sánchez y Cooke 2000). |
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Características generales de la cerámica estilo Tonosí |
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Con la aparición de la cerámica Tonosí, se produce un cambio tecnológico importante, dado que empiezan a cuidarse la elección de las pastas. Existe además un estudio más detallado de la composición o distribución de diseños y una mejor definición en el trazado de líneas. Esto implica un cambio a nivel tecnológico aunque no ideográfico que marca el acimiento, para algunos autores, de una etapa de homogeneidad cultural que alcanza su apogeo con el estilo Cubitá (550-700 d.C.) (Sánchez y Cooke 2000). |
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La pasta de la cerámica Tonosí suele ser de color café , buena cocción, con un engobe blanco, rojo y/o rosado muy grueso, si lo comparamos con los engobes de otros estilos cerámicos. Este tipo cerámico es tricromo y podemos dividirlo según sus variaciones cromáticas en, Tonosí negro y rojo sobre blanco y Tonosí blanco y negro sobre rojo. De este estilo son características las formas de vasijas dobles y la introducción de los diseños en negativo de fuertes contrastes y trazos firmes, el uso de la técnica "papier decoupé", los motivos de reloj de arena, y la presencia por primera y única vez de la representación de escenas en las que figuras humanas realizan tareas individuales o colectivas. Algunos de las variedades descritas por Ichon como Tonosí Polícromo, Montevideo Polícromo y Zahina polícromo (Ichon, 1980), hoy se incluyen dentro de variedades estilo Cubitá, tales como Nance, Cábimo, Guábilo y Caracucho (Sánchez y Cooke 2000). |
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En cuanto a la distribución geográfica, podemos señalar la presencia de esta cerámica en el Estrato C de Cerro Juan Díaz, en el que se encuentran mezclados materiales Tonosí y Aristides, aunque este último en menor proporción (Sánchez 1995). Los sitios que más restos de este estilo cerámico ha proporcionado son, sin embargo, los de la península de Azuero, sitios como El Cafetal, el Indio y la India (Ichon 1980). |
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Características generales de la cerámica estilo Cubitá (550-700 d.C) |
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Fue descrita por Luis Sánchez a partir de los resultados del análisis de muestras cerámicas de Sitio Cerro Juan Díaz. Material Nance, Cábimo, Guábilo y Caracucho junto con Ciruelo fue encontrado en un vertedero de poca profundidad, Rasgo 1, que se acumuló sobre restos de estructuras con pisos de arcilla. También se hallaron cuatro escudillas completas , tres ciruelo y uno Guábilo, y fragmentos de Nance en enterramientos estratificados debajo de un grupo de estructuras ovaladas revestidas con piedras angulares, cuya construcción, según la tipología de los restos hallados en el relleno basal, antecede al desarrollo del estilo polícromo Conte (Cooke y Sánchez 1997). Todo ello hizo pensar a Sánchez que las divisiones cronológicas excesivamente largas, establecidas por Ichon en el valle de Tonosí, impidieron identificar un desfase temporal, por lo que decidió proponer este nuevo estilo Cubitá cronológica y estilísticamente intermedio entre Tonosí y Conte (Sánchez 1995). |
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El estilo Cubitá marca el desenlace de las tradiciones tricroma y bicroma, incorporando diversas innovaciones tecnológicas e iconográficas. Se generaliza una nueva forma de tricromía que consiste en delinear, con una espesa arcilla blanca, los dibujos en negro previamente pintados sobre una superficie roja y que Sánchez ha llamado variedad Caracucho. Se diversifican las formas de las vasijas y por primera vez se confeccionan ollas antropomorfas modeladas y pintadas. Se mantienen los representaciones figurativas predominantes en el estilo Tonosí, los cuales no obstante, se vuelven complejos o se mezclan formando hibridaciones. Destaca el diseño de espirales divergentes, que aunque se dibujó en varias formas siempre se representa proyectado desde una base triangular (Sánchez y Cooke 1997:91). |
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Tipológicamente contamos con dos variantes de Cubitá, una bicroma negro sobre rojo, que Sánchez ha denominado Ciruelo, con decoración en el interior de escudillas y pastas que presentan un característico núcleo negro , y dos variantes tricromas, con dos variedades, simple y delineada, conocidas como Nance, caracterizadas por presentar su decoración en el exterior; Guábilo de decoración interior y Cábimo, cuya decoración se localiza en bordes y labios, todas ellas variedades en negro y rojo sobre blanco. Por último la variedad Caracucho negro y blanco sobre rojo, y que, como hemos dicho, delimita las figuras negras pintadas sobre rojo con una fina línea blanca. |
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En cuanto a la distribución geográfica de este estilo cerámico, además de Cerro Juan Díaz, La Cañaza en la Península de Azuero y Playa Venado, la cerámica Tonosí ha aparecido en el golfo de Montijo (por ej. Sitio Mariato y Las Huacas), en las llanuras de Coclé (Sitio Sierra y Sitio Conte), sitios distantes de la costa Este de la Bahía de Panamá (por ej. En la península de San Lorenzo en sitio Gonzalez Velázquez, Darién (Cruxent 1958). |
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[1] De la misma época son Sitio Girón y los niveles inferiores de Sitio Conte y Cerro Juan Díaz, entre otros. |
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[2]Las fechas de C14 obtenidas por Ichon de los Sitios El Indio y El Cafeta sitúa al estilo Tonosí entre 250 y 500 d.C. Sin embargo algunas fechas de Sitio Sierra, a orillas del Rio Santa María arrojó unas fechas calibradas más tempranas entre el 2 y el 222 d.C lo que indica que no se trataba de cerámica Tonosí sino una variante, la cerámica Aristides, estilo que ha coexistido con la cerámica La Mula y más tarde con la cerámica Tonosí (Cooke 1984:288). |
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