La cerámica la Mula es el tipo que marca el inicio de una corriente estilística con un largo desarrollo posterior . Todos los motivos son de base lineal, en algunos casos con elementos suspendidos que hemos llamado "motivos en guirnalda". Estos están presentes en todos los estilos cerámicos de Gran Coclé. Los diseños geométricos de los estilos Aristides , Tonosí y Cubitá presentan muchas de las características de los motivos lineales La Mula. Pero estos estilos también aportan una serie de innovaciones no solo estilísticas sino también técnicas, dado que con Tonosí se inicia la práctica de la búsqueda de ciertos efectos ópticos en el que las figuras se dibujan en negativo. Será también en este estilo donde encontremos el gusto por la disposición de ciertos elementos geométricos en paneles, con lo que la superficie decorativa se cubre casi en su totalidad con estos diseños. Estos motivos son marcadamente rectilíneos compuestos en la mayoría de los casos por elementos geométricos (triángulos, círculos etc..). En el estilo Cubitá los motivos lineales pierden protagonismo frente a los diseños figurativos, que pasan de ser las sencillas siluetas de pequeño tamaño del estilo Tonosí, a ocupar los centros de los platos o las panzas de algunas vasijas . Con Cubitá se abandona en parte el gusto por la disposición de paneles de elementos geométricos típicamente Tonosí, aunque sí podemos encontrar algunos motivos de este estilo decorando el interior de ciertos diseños zoomorfos y antropomorfos. No será hasta la aparición de la cerámica estilo Conte y Macaracas cuando el estilo adquiera las características formas exuberantes más conocidas de la cerámica de Gran Coclé. Siguen usándose, aunque evolucionados, los "motivos en guirnalda" que surgen con la cerámica estilo "La Mula" pero ahora complementan a la figura humana y animales, pudiendo ser formas esquematizadas de plumas o dientes. Un diseño que surge con la cerámica Cubitá y que perdurará hasta la cerámica Parita, es el motivo "YC" un motivo sinuoso que da como resultado el efecto en negativo de "S´s" y/o espirales y que sirven en ocasiones como elemento de relleno aunque en la mayoría de los casos se combinan en paneles corridos. Sin embargo notamos que sigue teniendo un mayor protagonismo los diseños zoomorfos y antropomorfos. Con el estilo Parita y El Hatillo nos encontramos con una vuelta al gusto por la línea y los diseños geométricos, así como la disposición de estos en paneles, que ya encontramos decorando el interior de algunas figuras en el estilo Macaracas. Con la cerámica Parita desaparece la representación gráfica de figuras de animales y humana, siendo en la mayoría de los casos modeladas como vasijas-efigies, en las cuales las bocas, ojos, extremidades etc... son representadas con motivos geométricos. En los casos en los que estas figuras son delineadas, el trazado de la línea es grueso, lo que denota nuevamente una clara tendencia del gusto por la geometricidad y los elementos lineales. Este proceso de abstracción devendrá finalmente en un período de esquematización durante el estilo El Hatillo, en el cual los diseños zoomorfos y antropomorfos del estilo anterior, son sustituidos por elementos geométricos, en un proceso orientado a la representación simbólica de los mismos. Sin embargo, el estilo El Hatillo guarda algunos elementos propios de los estilos precedentes como es el caso del empleo de "garras" que aparecen como elementos independientes y recurrentes desde el estilo Conte. El hecho de encontrar diseños similares tanto zoomorfos como antropomorfos y geométricos, en los distintos estilos cerámicos de esta región, es una prueba del desarrollo local y por tanto estrictamente autóctono de la cerámica de Gran Coclé. |
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