Como hemos visto, las formas de las vasijas de los estilos cerámicos de Gran Coclé parten de los diseños simples y funcionales de características primitivas, como la falta de apéndices de la cerámica Monagrillo, a las más elaboradas formas de la cerámica estilo El Hatillo. Las formas básicas de los cuencos Monagrillo no son válidas para ser empleadas como representantes de un área cultural, dado que estos tipos surgen por ?invención espontánea? en muchas partes del mundo. No será hasta la cerámica La Mula cuando las vasijas adquieran unas formas ?características? o elaboradas, que sirvan para identificar o definir un estilo. Por otra parte y como ocurre con los diseños lineales y figurativos, muchas de estas formas que nacen en un estilo se desarrolla en parte, en estilos posteriores, como es el caso de los cuencos de cuello alto que surgen con el estilo Conte y sobreviven en el estilo Macaracas o los platos con pedestal que surgen en el estilo Conte y que seguiremos encontrando en los estilos Macaracas, Parita y El Hatillo. Otras formas de vasijas tienen un uso mucho más restringido a un estilo cerámico, como los característicos cuencos dobles del estilo Tonosí, que si bien, en muy raras ocasiones aparecen con motivos Cubitá, cuando lo hacen, estas son vasijas que se corresponden con el período ?de transición? entre los dos estilos. Lo mismo ocurre con los cuencos cuadrados con pedestal , o las bandejas de estilo Conte y que solamente podemos encontrar en este estilo. |
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