2.0.0. El Horizonte Paleoindio (hasta el 8.500 a.C) y las poblaciones nómadas cazadoras-recolectoras.  Las puntas Clovis.
Hasta el momento no se han podido contextualizar cronológicamente la mayoría de los hallazgos, por otra parte esporádicos, de puntas de flecha y talleres Paleoindios en Panamá, puesto que no se han encontrado asociados a restos de fauna o en depósitos cerrados con restos de carbón.   Sin embargo contamos con algunos artefactos tipológicamente tempranos, hallados en su mayoría en superficie.  En La Mula-Oeste, provincia de Herrera, se ha localizado un taller clovis (Ranere y Cooke 1995) a lo que se puede sumar los hallazgos aislados de Puntas Cola de Pescado y Clovis en el Lago Madden (9.300-9.000 a.C) (Bird y Cooke  1978)[1], un taller de bifaces en Lago Alajuela-Oeste y restos en el abrigo rocoso de La Corona todos ellos entre el 9.200 y el 8000 a.C (Ranere y Cooke  1995). Recientemente se  ha hallado en Sitio Nieto, provincia de Herrera,  una cantera de puntas lanceoladas paleoindias  elaboradas a partir de grandes lascas nodulares, con retoque secundario invasivo y talón estirpado (Pearson y Cooke 2002).  Gracias al hallazgo de algunas preformas de estas puntas se han podido identificar las técnicas de manufacturas empleadas en los primeros estadios de elaboración de dichas puntas. Sin embargo, estos hallazgos no deben ser los más antiguos del istmo dado que si presuponemos que el poblamiento de América del Sur hace aprox. 20.000  años fue terrestre, debemos encontrar en Panamá patrones culturales similares a aquellos fechados en esas fechas sino anteriores (Ranere 1973), aunque también se ha propuesto la posibilidad de que la expansión inicial de los Paleoindios hacia Sudamérica coincida con el reemplazo de puntas Clovis lanceoladas y de cintura restringuida con formas pedunculadas o "de cola de pescado2 (Ranere y Cooke 1995).
            El medio por el que se movieron estos primeros pobladores es distinto al actual y varía según las zonas dentro de un territorio que, aunque pequeño,  presenta variaciones en muchos casos drásticas entre sus distintas regiones. Las temperaturas y lluvias son más bajas y en  Centroamérica había otro tipo de vegetación que no tiene paralelos en la actualidad (Cooke 1999). Es además muy  probable que estos primeros pobladores no se hallan limitado a explotar un solo tipo de ecosistemas sino varios de ellos.  Los cazadores istmeños de la tradición ?Clovis? se habrían movilizado en  la zona  este de la Península de Azuero, donde se encuentra el sitio Clovis de La Mula-Sarigua, entre  matorrales xerófilos;  aquellos que vivían o cazaban en  Llano Grande de Ocú,  Sitio Nieto, lo hacían en medio de una extensa zona de sabanas,  y los que por el contrario se movían por   la cuenca del río Chagres, donde se han hallado materiales culturales ?Clovis? en proximidad al embalse artificial de Lago Madden o Alajuela (Bird y Cooke 1978), lo hacían por bosques tropicales secos (Cooke et al 2002).  Estos cazadores perseguirían con sus puntas una gran variedad animales de los géneros  Odocoileus, Equus, Bison, Mammuthus y Cuverionius de los que hoy en día sobreviven algunas especies del género Odocoileus (Bennett 1968). Al finalizar el período se produce un cambio en el sistema de subsistencia que se ha querido achacar a la extinción de ciertas especies de megafauna, por lo que se prevé que entre el   10.000 y el 5.000 a.C podría haberse producido un disminución  de la población o un período de alternancia de crisis demográficas con épocas de auge relativo (Jaén 1981).
Indice

[1]Las puntas de  flechas tipo ?cola de pescado? de Lago Madden  así como los , raspadores  perforadores son muy parecidos a los encontrados en norte  y sudamérica entre el 9.500 y el 8.500 a.C(Ranere y Cooke 1995).