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2.0.1. El Precerámico. La desaparición de la megafauna y la ocupación estacional del litoral y abrigos rocosos de "pié de monte". |
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Precerámico temprano (8.500-5.000 a.C.) |
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Es difícil encontrar asentamientos de esta época que estén localizados y directamente asociados a la explotación de recursos del litoral marítimo, como en el caso del conchero Cerro Mangote, dado que el nivel del mar ha fluctuado y probablemente muchos de estos asentamientos, por entonces costeros, hoy estén sumergidos, y los que en la actualidad están próximos a la costa, hacia el 8.000 a.C. distaban muchos kilómetros de ella. Los asentamientos de esta época se localizan en abrigos rocosos de pie de monte , cercanos a la Cordillera Central, y hay otros localizados en las mismas cuencas pero en cotas más bajas, próximos incluso a sus desembocaduras, en la Bahía de Parita. Estos sitios fueron usados como campamentos transitorios donde realizaban tareas de extracción y mantenimiento, en un modo de explotación del medio que consistía en rondas estacionales de grupos de cazadores recolectores. Esta situación cambia hacia 5.000 a.C, momento en el cual se percibe una disminución en cuanto a la intensidad en el uso de estos abrigos (Lobo 1987). Los sitios de la cuenca del río Santa María , los abrigos de Corona, Carabalí, Los Santana, y Vampiros, han arrojado importante información sobre el Precerámico Temprano (Cooke y Ranere 1992; Cooke y Ranere 1994; Pearson y Cooke 2002). Es probable además que los restos de un pequeño taller localizado en La Mula compuesto por lascas de tecnología bifacial pertenezcan de igual modo a este período, lo que indica que ciertos implementos parecidos a los paleoindios se usaron incluso después del cambio climático del 9.000 a.C.(Cooke 1998) o que por lo menos, ciertas técnicas de manufactura de artefactos líticos, propias del Paleoindio, continuaban en uso durante el Precerámico. |
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El Precerámico tardío. La horticultura y el desarrollo del nomadismo estacional como estrategia de explotación y adaptación al medio (5.000-2.500 a.C). |
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Durante este período se combinaron dos sistemas de explotación no excluyentes sino complementarios, la práctica de la horticultura y la explotación de los recursos pesqueros del litoral marítimo y/o estuarios lo que ha provocado desplazamientos estacionales y regionales, norte-sur a lo largo de los ríos desde la costa hasta el interior. Aunque el maíz, de origen mexicano, es introducido en Panamá en el 5.000 a.C, fecha calibrada obtenida del abrigo de Aguadulce -y que coincide con una zona del istmo centroamericano que presenta una marcada estacionalidad que llamamos Arco Seco - , no es hasta el 1.000 a.C cuando se encuentren las primeras pruebas de la puesta en práctica de técnicas agrícolas. Mientras tanto los habitantes de esta región central se dedicaban a la práctica de la horticultura en huertas abiertas en los claros de los bosques. Y a a finales del Precerámico Temprano aparecen algunos implementos líticos asociados a la molienda de semillas, y fitolitos[1] del sagú(Maranta arundinacea) en Vampiros , o el leren (Calathea allouia) y la tula (Lagenaria siceraria) en el abrigo de Aguadulce (Piperno y Pearsall 1998; Cooke 1998b), y el corozo pacora (Acrocomia mexicana) en Carabelí (Cooke 1998b)[2]. Además de los restos de flora en algunos yacimientos se han tomado muestras de arqueofaunas de los cuales los restos más antiguos analizados se remontan al 5.000 a.C (Cooke et al 2.002). Junto a ellos se han encontrado nuevos implementos de piedra asociados a la práctica de la horticultura como los hallados en el abrigo rocoso de Carabelí (Lobo 1987) y en menor medida en la Cueva de los Ladrones[3] (Bird y Cooke 1978), lo que implica un cambio en el sistema de subsistencia. La técnica de talla bifacial es sustituida en estos momentos por el lascado bipolar con el uso de martillos duros (Ranere y Cooke 1995). Del 4.600-2.300, Ranere describe en las tierras altas de Chiriquí algunos artefactos de la fase Talamanca, entre otros, útiles dedicados al trabajo en madera, como raspadores, hachas? todas ellas de basalto. A final de esta fecha, hacia el 2.300 a.C. empiezan a utilizarse aquí, y en otros abrigos como el de Carabelí (Lobo 1987) y Ladrones (Bird y Cooke 1978) la calcedonia y el jaspe, lo que nos remite de igual modo a un cambio tecnológico-cultural. |
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Además de los abrigos rocoso descritos, existen otros nuevos tipos de yacimientos coetáneos relacionado con la explotación de recursos del litoral oceánico. El ejemplo más destacado es Cerro Mangote, un conchero situado en la desembocadura del Río Santa María, próximo a un área de estuario . Aquí se han encontrado los exoesqueletos de Ostrea, Protothaca grata, y Scapharca tuberculosa, Menippe frontalis, Cerithedia valida, Cadium ringens, Alaba jeanette, y Anadara grandis (McGimsey 1956). Tras el análisis de muestras de ictiofauna dietética de este sitio, se ha demostrado el alto grado de explotación de los recursos marinos de los estuarios litorales y la posibilidad de que el sistema de subsistencia esté basado mayoritariamente en la explotación de los recursos pesqueros de los estuarios (Cooke 1992; Cooke y Ranere 1994). Es probable que el sistema de subsistencia imperante estuviese basado en la estacionalidad y nomadismo en busca de recursos, a nivel familiar o bien individual (Linares 1973), lo que pudo haber retrasado la evolución hacia un sistema de subsistencia agrícola (Linares 1977). |
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[1]No en todas las áreas del istmo encontramos pruebas de la puesta en práctica de la horticultura en las mismas fechas. Así por ejemplo en el Lago Gatún no aparecen evidencias de horticultura hasta el 2.900-2.100 aC momento en que se detecta la apertura de claros de bosque y la agricultura también hace su aparición más tarde que en el el Arco Seco, hacia el 1.400 a.c |
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[2]Tenemos que tener en cuenta que el tipo de clima y suelos que favorecen el cultivo de algunas plantas, no lo favorecen en el caso de otras especies. Así por ejemplo el ñampí (Dioscorea trifida), los camotes, y otras plantas rastreras son apropiados para ser cultivados en huertas establecidas en claros de selva tropical. Sin embargo existen muy pocas variedades maíz que estén adaptadas a ello, dado que el maíz es una planta más bien de secano. Otra especie cultivada en el istmo es la yuca un tubérculo que ha servido en estas zonas de secano como complemento alimenticio ya que aguanta muy bien la sequía y resiste a los ataques de arrieras y otros insectos (Piperno y Pearsall 1998;Cooke 1998b). |
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[3]Bird cree que se trata de un abrigo rocoso usado ocasionalmente como campamento de cazadores Probablemente las mismas personas que ocuparon Cerro Mangote, ocupaban estacionalmente la Cueva de Los Ladrones, en la estación del año en que la pesca no es abundante (Bird y Cooke 1978) |
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