La fiesta: Cuauitlehua Descripción
general de la fiesta Ofrendas |
OFRENDAS DE PAPEL
En las
diferentes fiestas, las ofrendas fabricadas en papel son variadas. Algunas
están plenamente identificadas en la descripción que el Códice
Florentino hace de la fiesta y gracias a esta descripción, se han podido
reconocer en las representaciones de Los Primeros Memoriales y del Códice
Borbónico. Para esta fiesta tenemos dos tipos de ofrendas:
En primer lugar encontramos los amateteuitl, en todas las casas y palacios
se levantaban estos palos como varales, en las puntas de los cuales ponían
los papeles llenos de gotas de hule, así honraban a los dioses. En
el Códice Borbónico vemos sólo uno y estaría frente
al dios Tlaloc, indicando que a él iba indicada la ofrenda. En Los
Primeros Memoriales, son tres. Divididos en cuatro segmentos, el primero sería
blanco con un círculo negro y con una barra a cada lado, este segmento
se distingue de los demás porque tiene medio círculo también
negro. El segundo segmento está pintado de azul agua. El tercero está
pintado de rojo. En dos de los amateteuitl hay cuatro gotas de hule y en el
otro no hay ninguna. El cuarto segmento está pintado también
de azul agua. En estos Primeros Memoriales, uno de estos estandartes está
situado frente a una casa y los otros dos son portados por dos individuos,
llevando uno cada uno sobre el hombro derecho.
La bandera amateteuitl colocada junto a la casa, es por consiguiente, una
indicación de la celebración. Es interesante notar como el color
que predomina es el azul, porque es propio del agua y de sus divinidades.
Era cuando se iba a ocultar el Sol cuando enterraban (o hundían) estas
banderas en la arena.
Dos terceras partes de las banderas son de papel, con una longitud de aproximadamente
la altura de un hombre y una anchura de 20 cms. El primer día de la
fiesta se hacían ofrendas muchos papeles pintados y los llevaban a
los templos de los dioses. Allí, quemando hule, lo llenaban con las
gotas negras que de él caían.
En segundo lugar, a los niños sacrificados les ponían el nombre
del monte donde hubieran muerto y les envolvían en papeles teñidos
de diferentes colores según los montes; podían ser rojos, negros
con rayas rojas, azules, la mitad rojos y la mitad castaño claro o
todo entero castaño claro. Antes de sacrificarlo les adornaban con
piedras preciosas, plumas, les pintaban la cara y les ponían unas alas
de papel. Estos niños, tanto adornados previamente para el sacrificio
como después cuando se les envuelve en papel son considerados ofrendas.
A estas ofrendas de niños adornados con papel amatl se les llamaba
Tlacateteuhmê.